Madurez emocional


La madurez emocional, implica alcanzar un grado de estabilidad en nuestra mente, ya que de ahí surgen las emociones. Las emociones, se elaboran a partir de las percepciones de nuestros órganos sensoriales y se procesan en nuestra mente, para devolver una respuesta al exterior. Esta respuesta será más o menos ajustada a la situación, en función de nuestros procesos mentales. De cómo hayamos aprendido a procesar esa información, a clasificarla y a buscar la respuesta adecuada. Una respuesta ajustada será el éxito de todo un proceso que se entrena, aprende y corrige a lo largo de la vida. Ser inmaduro emocionalmente ahora, no significa serlo mañana. Como es un trabajo continuo, ser maduro emocionalmente en este momento, no nos garantiza serlo mañana, por que las circunstancias, los factores y las experiencias del individuo, están en constante cambio.


Por eso, no hablaremos de "alcanzar un grado de madurez", por que no es una situación estable y permanente, la madurez emocional de hoy, te sirve para hoy, pero no sabes si te va a servir para lo que vivas mañana. Hablaremos de "estar en madurez emocional", en este instante y en las circunstancias actuales. Es una visión más conciliadora de la madurez, ya que si no siempre viviremos con la sensación de no haberla alcanzado. Soy hoy "maduro emocionalmente", si sé donde estoy, si vivo centrado en mí, pero sin olvidarme de los demás. Si soy capaz de entenderte y ponerme en tu lugar, pero respeto mis valores y me reafirmo en mis opiniones y creencias. Estoy en madurez, si hago las cosas por "interés", por el interés de beneficiarte y de beneficiarme: Hacer las cosas "desinteresadamente" es una contradicción en si misma, si no tengo interés en algo significa que no me importa, es decir que no me importas. Lo hago por que es lo que tengo que hacer, es lo socialmente aceptado, no por que me interese hacerlo.
Sabemos que estamos en madurez emocional, si podemos sentir satisfacción sin más, si las cosas me afectan en la medida que me tienen que afectar, si mi dependencia hacia los demás es sana y si ante los problemas, los valoro adecuadamente y tomo decisiones adecuadas al problema sin preocuparme de los resultados.



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