El duelo: separarse de lo más querido.

El duelo, ya implica sufrimiento desde su propia etimología. Proviene de la palabra "dolus" del verbo "dolere" en latín, que significa sufrir pena, adolecer. El duelo implica sufrimiento por la separación de aquello que apreciamos, no sólo físicamente, si no separación emocional también. Es una etapa que se sucede a continuación de la consciencia de la pérdida. Un estado anímico, emocional, psicológico en el que sufrimos por habernos separado, sin haber digerido el por qué de la separación. 




Afrontar el duelo y la pérdida.

Nuestra resistencia a este cambio no deseado, nos produce un estado continuo de pena, añoranza, tristeza, incluso ira y frustración. Por eso, en este proceso o etapa de duelo, va a ser clave para nosotros, comprender y aceptar, la realidad de la separación. Aunque nada pueda sustituir, hacer olvidar, ni sanar esa pequeña herida que nos queda en lo más profundo del alma. Todo eso es parte de nuestra experiencia vital, no podemos separar la cara de la cruz de la moneda. Es un peaje, a cambio de poder sentir emociones y sentimientos que nos llenan la vida. Pero sí podemos seguir nuestro camino, aunque sea sin esos acompañantes que hemos dejado atrás. Aceptando que tiene que ser así, por el motivo que sea y comprendiendo por que ha sucedido así. La parte positiva de esta experiencia, es que llegarán nuevos acompañantes a nuestra camino con los que compartir y disfrutar este viaje. También podemos cuidar más de los acompañantes que nos quedan, para que el tiempo que estemos juntos, sea más brillante y completo.
Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos.

HELLEN KELLER
Tenéis citas estupendas como ésta en Vivirlaperdida, vale la pena gastar cinco minutillos ojeando su contenido.

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