Cómo tomar decisiones en la vida


La Importancia De Tomar Las Mejores Decisiones



Todos los días hay que tomar decisiones en cada paso de nuestra vida. Que si nos levantamos o no al sonar el despertador, si me peino de una forma o de otra, si me llevo estos u otros etc. Son cosas tan insignificantes que estamos decidiendo, que no reparamos en ello. Pero existen muchas otras cosas más relevantes que también requieren que tomemos decisiones. Por ejemplo: si me coloco o no el cinturón de seguridad, si rebaso o no al vehículo de adelante, etc. Y al tomar decisiones, si no decidimos correctamente, las consecuencias pueden ser fatales.

Existe también otro tipo de decisiones que pueden cambiarnos radicalmente la vida. Como decidir el tipo de pareja con la cual me gustaría convivir. El decidir la cantidad de hijos que quiero tener, la ciudad donde vivir, el trabajo que elegir. Hasta en nuestro trabajo también debemos tomar decisiones a cada paso.

¿Cómo saber si estoy tomando las mejores decisiones?


Para saber si estamos tomando las mejores decisiones en nuestra vida, primeramente debemos hacer un diagnóstico de la situación. Para ello debemos estar en calma con nosotros mismos, ya que por mayores que sean las adversidades, podemos encontrar una solución. Dejarnos llevar por la ansiedad puede perjudicarnos en el  momento de tomar nuestras decisiones. 

Estos son los pasos para tomar decisiones


Primero, saber dónde estamos. Analizar nuestra situación con objetividad y humildad, recordando que la humildad es la objetividad respecto a nuestros atributos. Debemos evitar ser soberbios, ya que el soberbio vive fuera de la realidad creyendo ser lo que no es. Sintiéndose por encima de todo y de todos.

Segundo, saber dónde queremos estar. Ser audaces para conseguir lo que queremos, para trabajar en aquello en que carecemos para lograr nuestros objetivos. Buscar caminos que nos permitan lograr las metas. Pensar con magnanimidad, es decir, con lograr todo y más allá de lo se quiere o se tiene.

Por último, saber llegar, tener confianza en que lograremos las metas propuestas. Tener fe de que lo que decidimos es lo mejor que podemos hacer. Ser constantes, es decir, hacer frente a lo que cambio o modificó nuestra vida.

La conclusión es que sí se puede saber si estamos tomando las mejores decisiones en nuestra vida. Ya que poco a poco, percibiremos los cambios que se suceden. Si las decisiones son correctas, comprobaremos que todo fluye hacia nuestro objetivo. Si las decisiones son erróneas, percibiremos que las cosas no encajan. Que no terminan de rodar hacia la dirección a la que queremos ir.

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