Equilibra tú energía vital con estos pasos



Nuestro ser no es inmune a todo lo que le rodea. Tanto de forma consciente como inconsciente, tendemos a querer sincronizarnos con nuestro entorno y con todos los que nos rodeamos. A veces ese ajuste se produce de forma casi automática, sin apenas hacer nada equilibramos nuestra energía vital y nos sincronizamos con todo nuestro entorno. Los que nos rodean perciben ese ajuste y se refieren a nosotros como personas que desprenden buenas vibras. Todo parece funcionar según nuestras necesidades y a nuestro compás. Cuando no es posible este ajuste automático, hay que hacer que suceda a voluntad. Aquí te contamos como equilibrar nuestra energía vital de forma más eficiente..
Nuestro ser se compone de tres elementos: el cuerpo físico, el plano mental y el espiritual. Para que podamos fluir con buenas vibras es necesario hacer que las energías de cada plano encajen a la perfección con el resto. Estos pasos siguientes son recomendaciones para ayudarnos a conseguirlo:

  • Practicar ejercicio: Cada uno dentro de sus posibilidades, pero tenerlo presente en el día a día y no dejar de realizarlo. Esta práctica puede ser desde ejercitarse en cualquier disciplina, hasta caminar a paso ligero durante una hora. Nuestro sistema inmune, cardiológico, metabólico, se ven afectados de forma positiva, a la vez nuestro ánimo y humor también se beneficia. Según las estadísticas, solo practicando 90 minutos a la semana, ya estamos reduciendo un 14% todas las causas de mortalidad, en relación con alguien que no se ejercite. Desde aquí recomendamos actividades de ejercicio moderado, como la natación, andar al trote o el ciclismo urbano y de montaña.

  • Descansar bien: Cuando decimos bien nos referimos a la calidad del sueño y a la cantidad. La duración del tiempo de descanso también es muy importante, ya que aunque la calidad sea buena si la cantidad es insuficiente, no estamos obteniendo todo el beneficio de descansar bien ni equilibrando la energíaDurante nuestro descanso, cada 90 o 100 minutos cambiamos de ciclo (cada ciclo contiene las cinco fases del sueño) y así sucesivamente. Por lo tanto, cuantos más ciclos finalicemos mejor, ya que habremos pasado por las fases del sueño más veces, y cada fase tiene su función concreta.

  • Meditación y relajación: Al igual que damos descanso a nuestro cuerpo y mente cuando dormimos, también podemos reestructurar y reparar nuestra mente, cuerpo y alma de forma consciente. Para ello contamos con disciplinas como el Reiki o el Yoga. En ambas disciplinas se pretende canalizar la energía vital al equilibrar chakras con tratamiento o puntos energéticos. Equilibrar los chakras produce sanación corporal, mental y del alma. Según el terapeuta puede incluir el uso de piedras para equilibrar chakras.

  • Actitud. Tal como suena y como se lee. La forma con la que enfocamos la vida, las situaciones, los problemas, va a determinar en gran medida los resultados. A menudo no prestamos atención a este detalle, y no tenemos en cuenta que ya ancestralmente los rituales nos preparaban para la acción. Las pinturas de guerra, los sacrificios y la danza nos predisponían a la acción. Después de la evolución hasta hoy, todo estos rituales se han perdido, pero nuestra mente y nuestro ánimo siguen necesitando la predisposición necesaria al "ataque" o consecución de objetivos, lo que nos lleva al punto posterior.
    
  • Ajustar nuestro diálogo interior para equilibrar nuestra energía vital. En buena medida somos lo que pensamos que somos y si no nos terminamos convirtiendo en eso. Nuestra mente es muy poderosa, y el diálogo interior que mantengamos con nosotros mismos es lo que va a ejecutar. Si pensamos que somos poco válidos para el estudio, nuestra voluntad cederá de tal forma que no hallará la fuerza necesaria para intentarlo si quiera. Nuestra energía vital se ve afectada y bloqueamos nuestro impulso de acción. 

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